La historia de Valeria
El camino de Valeria hacia la sombrerería ha estado marcado por las personas, los lugares y las culturas que conoció a lo largo de su vida. Cada experiencia inspiró su camino y despertó su espíritu creativo.
Sueños
Nacida en Trelew, un pequeño pueblo de la Patagonia, Argentina, Valeria siempre creyó que la verdadera felicidad viene de seguir los propios sueños.
Con tan solo 17 años, dio el primer paso valiente hacia sus metas: dejó atrás a su familia y se mudó a Buenos Aires. Allí, cursó la carrera de Comunicación Social, sentando las bases de sus futuras aspiraciones.
Después de una década de estudiar y prosperar en publicidad, el espíritu aventurero de Valeria y su pasión por la creatividad la llevaron a dar otro salto de fe, esta vez a Londres, donde trabajó en largometrajes.
Amar
Durante sus siete años en Londres, Valeria forjó una próspera carrera cinematográfica mientras aprovechaba oportunidades para viajar extensamente por Europa, Asia e India. Estos viajes dejaron una huella imborrable en ella, en particular su estancia en India, un lugar del que se enamoró profundamente.
Finalmente, su camino la llevó a Los Ángeles, donde la aguardaban sueños aún mayores. Esta vez, no estaba sola: un inglés que la había conquistado la acompañó en esta nueva aventura.
Tras dedicar cuatro años a su pasión por el cine, Valeria abrazó la maternidad con el nacimiento de su hermosa hija. Este nuevo capítulo le permitió tomar distancia, apreciar a su creciente familia y reflexionar sobre su trayectoria.
Felicidad y sombreros
Un verano en Los Ángeles, Valeria volvió a seguir su corazón, combinando su amor por la moda, la creatividad y las conexiones significativas. Fundó Valeria Andino Hats , una marca que refleja su deseo de inspirar a las personas, fomentar la amabilidad y difundir alegría.
A través de sus viajes, experiencias y las personas que ha conocido en el camino, Valeria ha descubierto las verdades simples pero profundas de la vida: el amor, la bondad y los sombreros son todo lo que realmente necesitamos.